Mara Torres León comienza su relación con las artes plásticas a la temprana edad de 12 años al estudiar pintura con el maestro español Pilar Sebastiá y el maestro puertorriqueño Andrés Bueso. Más tarde, estudió Arquitectura en la Universidad de Rensselear Polytechnic Institute en Nueva York. Durante el transcurso de sus estudios, se percata de un conflicto existencial entre la arquitectura y las artes plásticas, hasta descubrir que su verdadera pasión son las artes plásticas y redirige su carrera profesional a una entrega total a la pintura.
En sus obras ejecutadas sobre tela, la artista traspasa un activo y despierto subconsciente atado a sus experiencias de vida y las proyecta sobre el lienzo en una espontánea explosión de luces, velos y colores, y a su vez una transparencia fluida y pensada mediante la utilización de cafe, óleo, acrílico, grafito, tinta china, marcadores y barnices todo con gran soltura, balance y claridad en el color.
En su reciente obra abstracta, la artista se plantea su recaptura de comatosos propósitos de vida impulsada por crisis y desolación, así reflejada en temas tales como la batalla interna, la oscuridad iluminada, la libertad sin alas, el rompimiento con lo muerto y la alianza a lo nuevo. Idealizando la habilidad de respirar sin pulmones.
En palabras del crítico de arte, Rubén Alejandro Moreira, “cada obra hay que tenerla delante, pues ninguna reproducción fotográfica, por buena que sea, registra los juegos de contrastes entre las zonas altamente brillosas y las que son absolutamente opacas. La dialéctica entre el brillo de la resina y la cromatización general de la obra, parte estos cuadros intencionalmente, acusando la fragmentación sin límites del ser humano. En la confección textural de cada pieza, es fundamental visualizar cómo un impasto creado mediante espátula puede perderse en un medio mixto de técnicas y variedad de materiales, por demás casi imperceptible. Todo esto se nos brinda dentro de un entramado de transparencias escamadas por niveles, por capas que el contemplador va penetrando hasta llegar a la más profunda... Usualmente los artistas de inclinación abstracta... tienden a aplanar las formas recalcando la bidimensionalidad en la obra. En este caso, estas obras dan la impresión de caja profunda, sin serlo... A la artista ponceña le es vital la peregrinación hacia adentro –no hacia el lado- en la pintura, velo tras velo hasta llegar a una nada que es el lienzo... la realidad convulsa de Puerto Rico se sintomatiza en estos lienzos de lirismo avasallante y explosivo”.
Statement
Abstracto pensado, como le he llamado a mi trabajo dentro de la disciplina del arte abstracto, es el corazón de mi obra, lo que comienza con una simple mancha de café puertorriqueño sobre lienzo, se desarrolla en un laberinto de espacios fluidos con el fin de coexistir, subsistir y liberar una sola historia.
La fluidez en mi trabajo es expresada a través de medios mixtos como óleos, acrílicos, tintas, láminas metálicas y barnices los cuales intencionan convertirse en punto focal para el ojo crítico del espectador, causando sentimientos de pertenencia y recuerdos cercanos. La meta siempre es poder concentrar un orden en el caos de la abstracción lírica.
Las bases arquitectónicas en la obra son zapatas formadas por líneas y perspectivas que dan razón y excusa para desarrollar coherencia y sentido a cada pieza. Las obras se trabajan con el propósito de ser reveladas de adentro hacia afuera y viceversa.
Poder explorar cada trazo de lápiz y pintura hasta entrar al desnudo lienzo y poder hacerlo visible es el enfoque diario para poder acercarme al vocablo pueblerino de un pueblo, una raza, lo que nos hace y nos define. Crear familiaridad con el espectador que desconoce la obra pero quiere conocerla y entenderla
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