Rodolfo Abularach, el artista detrás de los ojos que observan a los visitantes del MURB

Publicado por: Carmen Maldonado Valle

Rodolfo Abularach, el artista detrás de los ojos que observan a los visitantes del MURB

Rodolfo Abularach (1933-2020) fue un artista guatemalteco que descubrió su atracción por la belleza desde muy joven, tuvo más de 100 exposiciones individuales y al menos 40 premios a nivel nacional e internacional. Su trabajo se ha mostrado en museos de más de 17 países, como el Museum of Modern Art en Nueva York, Estados Unidos, pero también en Guatemala. Uno de esos lugares que guardan su herencia creativa es el Museo UNIS Rozas-Botrán (MURB).

Abularach exploró distintas disciplinas en las artes, especialmente en las artes gráficas: grabado y litografía, así como en la pintura. “Hizo de todo. En los años 50 exploró técnicas mixtas, utilizando todo tipo de materiales, mezcló arenas, tinturas, telas… Su creatividad era enorme”, cuenta Ximena Fdez. Abularach, representante del Legado Rodolfo Abularach.

Entre todas las técnicas donde destacó, el grabado se convirtió en una de sus favoritas y algunas de sus obras se exponen en la museografía “Grabado, legado que deja huella” del MURB. Entre ellas se encuentran las piezas de su arte abstracto de los años 50 en grandes formatos a tinta china. Abularach también dejó una huella indeleble sobre escenas taurinas, que recuerdan a sus primeros años de juventud, pues sus pasos iniciales por el arte se remontan a cuando él tenía siete años y se inspiraba en la plaza de toros de su padre.

Era un maestro grabador e impartió varios cursos en otros países relacionados con esta disciplina. No solo se enfocó en la tauromaquia, el arte abstracto y los ojos, sino también en volcanes en erupción, ángeles caídos, campos en llamas, infiernos inspirados en la narrativa de Dante Alighieri, purgatorios que hacen semblanza del apocalipsis, obras religiosas y muchos elementos más.

Tras su época abstracta, comenzó a enamorarse de un tema que guardaba un sinfín de posibilidades y al que estuvo ligado hasta la muerte: el ojo. La nueva etapa inicia en 1966 cuando invitan a Abularach al Tamarind Lithography Workshop, un taller y laboratorio de creación sobre litografía. Él fue uno de los cuatro latinoamericanos participantes, junto a Gego (Gertrud Goldschmidt), Rufino Tamayo y José Luis Cuevas.

En el taller de Tamarind, Abularach empezó a hacer pruebas en una piedra litográfica con círculos concéntricos y así es como nació el ojo de forma abstracta. Luego, el tema avanzó a ojos figurativos que no necesariamente recuerdan a un humano, sino también a astros, emociones, sueño, éxtasis y una infinidad de formas y expresión artística.

Algunos de estos ojos se encuentran en el MURB, en dibujos de extraordinaria calidad elaborados con distintas técnicas de grabado, así como en litografía. Destacan por sus características surrealistas y simbólicas, y el grabado de la pupila azul, de hecho, define el paso de una expresión moderna hacia una propuesta contemporánea.

En el MURB se encuentran lo que Ximena llama “las joyas de la Corona”, son piezas de gran formato en tinta china de los años 50, inspiradas en el arte precolombino. “Expresan cómo era él: un simbolista. Todo su arte habla de algo más, como el poder de la naturaleza, la grandeza de Dios o la fuerza del más allá”, sostiene Ximena. “Además, sus obras apelan a la psique humana. Sus obras de ojos te observan a ti y tú a ellos”, añade.

Esta no es la primera vez que los ojos de Abularach se encuentran con los de los estudiantes o cualquier persona en el campus universitario. Su trabajo está en la museografía actual, pero también formó parte de las anteriores, como “Autorrevelaciones”. Cuando se inauguró esta, el licenciado Aldo Bianchi, director del museo, se refirió al trabajo del artista con fascinación: “Sus piezas son fieles a esa atracción que produce el ojo humano. Quien camina cerca de ellas pocas veces se resiste a detenerse para admirarlas”.

El legado de Rodolfo Abularach, a quien se recuerda con cariño y gratitud en el museo, podrá visitarse durante 2023 en el campus de la Universidad del Istmo de lunes a viernes de 8:00 a 15:30 horas. Para agendar una cita y tener un recorrido guiado se puede contactar a los responsables del museo al correo [email protected] o a través de sus redes sociales con el usuario @murbgt.