«La voz de un gesto, un gesto que en vez de hacer su movimiento que lo acredita como gesto se decidiera por la inercia física, se decidiera por hablar y hablar no sabiéndolo, como si fuera voz y no gesto: en mis dedos se hablaba, en mis rodillas se murmuraba, en mis cabellos se decidían lamentos feroces.»