- Felipe González
- Molusco bailarín
Si la expedición botánica hubiera contratado a un ceramista en su equipo, sin duda, sería alguien muy parecido a Felipe González Corredor, un bicho raro entre los artistas colombianos del momento: tiene más cara de científico loco que de artista, y su pelo es tan crespo, enredado y complejo como sus pensamientos. Sin embargo, sus aspiraciones no son para nada científicas. Él dice que solo quiere ser el mejor tornero de cerámica del mundo, y va por buen camino: los bichos que logra fabricar parecen imposibles, pero surgen de sus manos con una habilidad pasmosa.
Uno podría pensar que su obra es puro azar, pero pareciera que el destino hubiera fabricado todas estas coincidencias para que él estuviera en el lugar correcto, con las influencias y circunstancias correctas para crear estos bichos, estos monstruos, estos moluscos, o lo que quieran que sean estos seres, unos seres que invitan a ser tocados.