Se considera una consumidora visual de tiempo completo. Ha explorado diversos lenguajes artísticos, reconociéndose a si misma en la escultura, en el grabado y principalmente en la fotografía. En ella, reestructura un nuevo plano y se convierte en una arquitecta de rostros y cuerpos. Ensambla fotografías para encontrar otra verdad. La fotografía es una ilusión, una ficticia realidad.
El hilo conductor de su obra es la construcción de retratos e identidades propias. Cada individuo en su constante devenir le llevó a pensar en la fragilidad, estructura y significado del cuerpo, como piel, como carne, como figura deformable y modificable. Un ser político hijo de su entorno, de la violencia, de la sociedad, no hablo de alguien en especial, es cualquier ser que ve, que es.