The image, How to Fix a Broken Pot, captures my self-reflection during the uncertain times of Covid—anxious thoughts quieted by what is left of my broken pot. As time fades and we attempt to rebuild our lives, there is a strong awareness of the darkness that lingers from the pasttwo years and continues to invade our new beginnings. The cracking pot forces the girl to face the realities of a new world after she has resigned to the suffocation and withdrawal of the old. The monotone colors of blacks, grays and whites contrast with the pops of bright yellow, declaring that darkness and death will be overpowered because remnants of hope remain in the light.

La imagen, Cómo arreglar una olla rota, capta mi autorreflexión durante los tiempos inciertos de Covid: pensamientos de ansiedad acallados por lo que queda de mi olla rota. A medida que el tiempo se desvanece y tratamos de reconstruir nuestras vidas, hay una fuerte conciencia de la oscuridad que persiste de los últimosdos años y que sigue invadiendo nuestros nuevos comienzos. La olla que se resquebraja obliga a la niña a enfrentarse a las realidades de un nuevo mundo después de haberse resignado a la asfixia y al repliegue del antiguo. Los colores monótonos de los negros, grises y blancos contrastan con los estallidos de amarillo brillante, declarando que la oscuridad y la muerte serán vencidas porque quedan restos de esperanza en la luz.