No es posible saber si fueron contratados para ello o fue iniciativa del grupo. Sin embargo performance musical aunado a la simplicidad de la letra y el el énfasis en las medidas recomendadas por las autoridades sanitarias, al colocarlas por ejemplo en el estribillo de la canción dejan ver que las intenciones compositivas. En este caso, más que una articulación de intenciones creativas con el discurso biomédico o la situación de la pandemia, como en otras canciones analizadas, se aprecia una reproducción intencional del discurso biomédico. Por lo general, la memoria, además de asociarse con distintos tipos de emociones y situaciones del contexto de escucha de determinada canción, también se asocia a elementos musicales festivos que se acompañan de una reiteración. Esto comúnmente es conocido como que una canción es pegajosa. En esta canción, la utilización de este vínculo de la memoria al estribillo más repetitivo y con mayor atracción musical, es aprovechado para emitir recomendaciones sanitarias de manera simple. Por otra parte, los mensajes son acompañados de dos elementos que reiteran el mensaje: una coreografía en la que se enfatizan las principales recomendaciones; lavarse y desinfectarse las manos, cubrirse al estornudar y quedarse en casa además de la reiteración por escrito de la letra. Por supuesto que esta capacidad de vincular un determinado mensaje no únicamente con la musicalidad de modo afectiva, sino mediante recursos sonoros cuya simplicidad y reiteración permenecen en la memoria, es frecuentemente empleada de manera intencional. No únicamente por la institución médica, sino en general con intenciones políticas o publicitarias. En salud, el empleo de la música para contribuir a prescripciones de compottamiento se ha utilizado con mucha efectividad. Véase por ejemplo los trabajos de Gregory Barz referentes al VIH en África
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